lunes, 2 de febrero de 2009

Causa justa

Momentos antes explotaba yo en llanto.
Me despedí de ti, en aquella casa,
atravesada por el odio durante tantos años.
No llegué a encontrar refugio aquí, y sin embargo,
en tus brazos me sentí a salvo. Me educaste en la causa justa,
me llevaste por el camino de la sencillez, y con tu ida,
me recuerdas que nos veremos en un paraíso asegurado,
sólo para nosotros.
Llevaba cogida tu mano con debilidad y temblor,
tu me la apretabas con fuerza y firmeza.
Tus fotos quedaban en casa,
esperando ser colocadas por la ciudad una vez me despidiera de ti.
Que el pueblo admire tus ansias de esperanza,
tu fácil camino por esta ciudad.
En la esquina de la calle,
después de subir entre la muchedumbre al autobús,
escuché tu partida.
Momentos antes explotaba yo en llanto.

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