lunes, 2 de febrero de 2009

El imperio de la porcelana

Recorro la falda, ansioso de encontrar una herramienta para utilizar en esta escalada, una piedra que llevar a mi mano o la luz del fuego en mis pensamientos.
Ayer no conseguí derribar al dragón que quemaba la montaña,
el universo y el cosmos me aconsejaban dibujando estrellas en el firmamento.

En el cenit de la montaña, vi derrumbarse mi alma entera.
Mañana la levantare de nuevo sujetándola con la palma de mi mano,
hasta que una ligera brisa, la haga deslizarse suavemente por estos desfiladeros de roca caliza.

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